I believe I can fly

Bueeeeenas mis queridísimos babiler@s!!

¿Cómo os va la vida? ¿Todo bien? ¿La familia? ¿El curro? ¿Los exámenes? Menuda rasca que hace últimamente ¿eh? ¡Y el Real Madrid no se cansa de ganar tú!

Vale. Ya está. Tocados y zanjados todos los temas aburridos y cotidianos. Vámonos a lo que realmente merece la pena...

Hoy os traigo una de nuestras Notizias y, para seros sincero, muy actual no es, la verdad. De hecho es del 2 de Julio de 1982, pero creedme... merece la pena.

Resulta que hará cosa de un mes fui a ver en directo a uno de mis ídolos: Berto Romero.
Totalmente recomendable ir a ver a este tío. Además de pasarme casi hora y media ahogándome de la risa, conocí la historia de un héroe anónimo, un soñador de a pie, un winner...

Boss

Este, mis queridos amigos, es Larry Walters. Un simpático camionero de San Pedro, California, que no era feliz con su camión. Larry quería ser piloto de aviones. Porque es americano joder! Y los americanos no son cosas que no molen...son pilotos, o militares, o declaradores de guerras, o agentes de la CIA, o destiladores ilegales de alcohol, o torturadores de razas distinta a la americana, o cow-boys, o universitarios adolescentes superhéroes/quarterbacks o demás cosas de americanos...

Pues eso, que Larry era un americano que vivía en la búsqueda continua de realizar su american dream: VOLAR.

Los más avispados ya sabréis como hizo para conseguirlo. A los demás no os preocupéis que os lo cuento en un plis...

El plan era claro y conciso. Sin grietas estratégicas ni vacíos tácticos. Todo jodidamente preparado. Hasta el más ínfimo detalle,

- Comprar 45 globos de los tochos.
- Comprar unos cuantos tanques de helio (a ser posible, de los tochos también).
- Hacerse unos sandwiches.
- Comprar cerveza.
- Atar los globos a la silla de plástico de la playa.
- Coger los sandwiches, unas birras, la radio, la escopeta y la cámara.
- Sentarse en la silla.
- Despegar.
- Quedarse a unos 9 metros de altura durante media horita tan ricamente.
- Disparar a los globos paulatinamente y aterrizar delicadamente.
- Ser nombrado alcalde de San Pedro.
- Senador.
- Presidente de los EE.UU.
- Matar al pez, sabe demasiado.

Lo dicho. Sin fisuras.

¡Pero no! Sorprendentemente la cosa no salió bien. Los planes de Larry nunca se llevaron muy bien con Murphy y claro, pasa lo que pasa...

Don Walters se sube a la silla y sale despedido en un ascenso que te cagas y "en un tres i no res" (muy rápido) se eleva 4'6 km.

4'6 km... 4600 metros... hacia arriba...

De repente Larry decidió que lo de disparar a los globos no le apetecía mucho, así que se dejó llevar.

Y voló y voló hasta que las corrientes de aire lo metieron en medio del espacio aéreo del aeropuerto de Long Beach.

Je je je (risa nerviosa).

Imaginaos a ese piloto. Ese piloto que está llegando a su destino, concentrado en aterrizar una nave con más de 100 vidas que dependen única y exclusivamente de su destreza adquirida a base de años y años de estudio, sacrificio y experiencia.

Ese piloto mira por la ventanilla y ve a un jambo en su silla de playa con su musiquilla en la radio, su cervecita y su escopeta.

"Buenos días señor".

En estas que Larry se cansa, piensa "De perdidos al río!!" y empieza a liarse a escopetazos con los globos.

Pero Murphy se vuelve a mofar en toda su cara en forma de escopeta escurriéndose de sus dedos y cayendo al vacío.

Tras 40 minutos de lento descenso, los globos se enredan en unos cables de alta tensión dejando sin servicio eléctrico a todo un barrio de Long Beach.

Y sí. Nuestro colegui llegó a tierra totalmente sano y salvo.

Esa es su historia. La historia de un soñador empedernido que vio su prometedora e inexistente carrera como piloto truncada por una enfermedad ocular, pero que no dejó que nadie le dijera lo que debía o no debía ser. Un WINNER.

PD: Desde aquí felicitar a otro winner. Fuente continua de inspiración bloguera, gran humorista, artista y, pese al paso del tiempo y la dificultad para vernos, gran amigo. Felicidades y un abrazo enorme Sr. Balaguer!!