Babileros y babileras:
Lo siento mucho. De veras que sí. Se que últimamente os he tenido muy abandonados y esto no es nada justo.
Primero me hago un blog y lo inundo de secciones. A continuación empiezo a verter mis pensamientos por aquí y no paro de bombardearos por facebook con publicidad para que me sigáis, me leáis y me hagáis inmensamente feliz cuando me decís que os gusta lo que escribo.
Y luego, tras el éxtasis de la novedad, tras el subidón de ver que mucha más gente de la que pensaba lee las primeras entradas, viene la realidad.
La realidad es que somos una pequeña familia aquí. La realidad es que no soy ningún encumbrado escritor. La realidad es que esto es un blog posiblemente escondido en una esquina de un universo mucho más grande que el nuestro.
Puede que darme cuenta de esto me desmotivase un poco. Pero tras unos días la inspiración vino a mi...
¡CLARO QUE LA GENTE NO ME LEE!
No soy Henry Mankell ni pretendo serlo. No puedo dejar de escribir porque no me lea una masa masiva. ¿Quién me he creído que soy?
Por todo ello prometo que ,aunque mi tiempo libre se haya visto considerablemente reducido, de ahora en adelante intentaré actualizar La Torre de Babibel mucho más a menudo. Se lo debo a esa pequeña familia que sigue pasándose por aquí de vez en cuando. Y no sólo a ella, sino a toda la gente que algún día invierta un sólo segundo de su vida en leer lo que algún descalabrado día me pasó por la cabeza y no me pude guardar para mis entrañas.
Pasado este momento blandito, quiero comunicaros una gran noticia: La razón por la que mi tiempo libre se ha visto tan drásticamente reducido es...QUE YA NO SOY UN NINI ¡¡¡TENGO CURROOOOOOOOOOO!!!
¡¡¡Deja de aplaudir cabrón!!!
Si señor, sí. Ahora soy una nueva persona. No os aburriré con detalles, pero en resumidas cuentas me levanto pronto por las mañanas (mu pronto), hago cosas laborales, almuerzo con mis compañeros en una viga en lo alto de un edificio en obras en Chicago y demás cosas de currantes.
Y nada amigos, lo dicho. Espero escribir por aquí al menos una vez por semana, aunque eso sea trágicamente inferior a las necesidades de satisfaccion de tiempo libre de algunos (lo siento Pau).